

Fausto García
“Ruidos que impiden escuchar a Dios”
“El hombre que oculta su pasado se niega a sí mismo” (Fausto García)
Los escritores solo necesitamos lápiz y papel para ponerle mano a la obra. La tecnología nopodrá sustituirlos. Es el caso del agricultor, que solo necesita la tierra y el machete. Ellatampoco podrá sustituirlos, pues sin la tierra, ella, la tecnología, poco pude hacer para producir alimentos; y el machete, aunque ella no lo use en su versión original, es el símbolodel agricultor por excelencia, que de alguna manera engalana su figura, o bien al cinto, en unbrazo, debajo del brazo, o en fin, en las manos.
El covid-19 se llevó los menús físicos de losrestaurantes, ahora son electrónicos, en código QR. Testificando parte de lo dicho, estando fuera de mi habitad local, aprovecho el portaplato -ahora de papel- de un restaurante capitalino para escribir estas líneas. Contradictoriamente,como suele pasarme muchas veces, estoy en un lugar de ruido, pero interiormente ensilencio, y para que se pueda entender mejor esto, les dejo con la reflexión del día 13 de estemes, de mi amigo, el padre Gregorio Mateu, de la Fundación Felicidad para Todos, con lacual me despido por ahora, no sin antes recordar y repetir, una emblemática frase del también sacerdote español, el padre Ignacio Larragaña, que aparece repetida en varios desus mensajes y que he estado recomendándosela a muchos en estos tiempos: “Silencio en lamente, paz en el corazón”. De inmediato el padre Mateu, bajo el titulo indicado arriba:“(Hacer silencio exterior es más fácil que encontrar el silencio interior.)Para hacer una oración provechosa hay que favorecer el silencio.
Es una condición indispensable para escuchar y encontrarnos con Dios. Y más que propiciar un silencio exterior hay que propiciar el interior; hay que ELIMINAR TODOS LOS RUIDOS queintervienen negativamente en la oración, ruidos que distraen o, incluso, impiden realizar laoración.
El silencio exterior.=“Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después decerrar la puerta, ora a tu Padre que está allí, en lo secreto…” Muy difícilmente escucharemosa Dios si estamos sumergidos en un contexto caótico lleno agitación, de palabrería y dedispersión. Es importante el silencio de la lengua, de los medios de comunicación, de cosas yde personas. Este silencio es el más fácil, basta con internarse en un bosque, estar en la cimade una montaña, entrar en una capilla solitaria, etc.El silencio interior. = El encuentro con Dios se da en el silencio del alma.
Es importanteconocer los ruidos que también podríamos llamar «interiores» para superarlos en laserenidad. Estos son ruidos tremendos que no nos permiten el encuentro con Dios en laoración, ya sea comunitaria (verbal, litúrgica) o –con mayor razón- personal (oración mental:contemplación, meditación). Son ruidos silenciosos que, aunque no salgan a flote, anidan enla profundidad de la persona. Son ruidos que, incluso, a la larga nos van enfermando.Recordemos algunos:1.=El ruido del = odio. =Este sentimiento hace inviable la oración, pues la persona no tiene vidaespiritual o vida de Dios pues prescinde del otro. Bien lo dice san Juan: “Todo el que aborrecea su hermano es un asesino” (1 Jn 3, 15). 2.=El ruido de la = crítica a Dios. = Cuando lereprochamos a Dios lo malo que nos pasa o vemos. Este ruido silencioso nos hace callar al seruna actitud de=reproche, crea distancias=y elimina deseos de diálogo con Dios. Con unsentimiento de disgusto contra Dios se impide entablar un diálogo sereno. 3.=El ruido del = rencor. =El enfado por algo o contra alguien, si no se elimina a tiempo, se puede convertiren rencor. Este ruido es negativo hasta para la salud física y psicológica. Aquí convienerecordar que una condición previa para la oración es tener un corazón reconciliado (Mt 5,24). 4.=El ruido del = orgullo. =Este ruido silencioso es exceso de amor propio, un amor hacia lospropios méritos por lo que la persona se cree superior a las demás o no necesitada de Dios.5.=El ruido de la = envidia. =Este ruido silencioso hace que no se alabe a nadie ni se hable biende alguien. Es un ruido que desconoce los propios talentos negando la acción de Dios en lapropia vida, esto crea tensión contra Él. 6.=El ruido del = miedo. =Impide confiar en Dios y en suprovidencia. Incluso se cree que a Dios no le importamos. 7.=El ruido delas = preocupaciones. =Estas circunstancias absorben la atención. No hay la debida cercanía con Dios, hay incomunicación pues las preocupaciones generan inquietud. 8.=El ruido dela = debilidad. =Es prácticamente el silencio de la impotencia. Se cree que la oración no esposible, o que es ineficaz. No se sabe qué hacer o decir en la oración y se decide no hacerla.9.=El ruido de la = acomodación en el pecado. =El recuerdo del propio pecado y/o lacomplacencia o la instalación en el mismo es un ancla que nos impide elevarnos a Dios, osintonizarnos con Él.10.=El ruido de la = vanidad. =La inclinación a amoldarnos a la mentalidad del mundo y a susfrivolidades acaparan la atención y hacen que la oración sea inviable al no considerarla algo prioritario en la vida. 11.=El ruido del propio = pasado = personal. =Un pasado en el que no se hatenido experiencia ni de Dios ni de oración. Además el recuerdo de los errores del pasadocrea un desasosiego e inquietud interior. 12.=El ruido de las = fantasías. =Una imaginación desbordada que no se controla genera fantasías de todo tipo que impiden escuchar la voz deDios. Conviene recordar estos ruidos y detectar otros tantos para luego reconocerlos como unproblema, porque sólo de esta manera podemos hacer algo para superarlos y favorecer laoración. (Aleteia)” (faustogarcia2003@yahoo.com)=
TEMAS RELACIONADOS
Comentarios
MÁS CONTENIDO EN ARTÍCULOS


















MÁS CONTENIDO EN OPINIÓN


















únete a nuestras plataformas sociales
NEWSLETTER
Recibe todos los días en tu buzón de correo electrónico nuestro boletín de noticias.
Comentarios Recientes
0